De vuelta con los posts en el blog de Mármoles Villena, esta vez nos toca reivindicar la iluminación en tu cocina, algo esencial en cualquier parte de la casa. Se trata de un aspecto del que ya os hemos contado cosas en otras ocasiones, pero no como protagonista. Y es que, no por intangible, es menos importante en un hogar. La iluminación de tu vivienda, más concretamente la de la cocina, es donde este matiz, cobra especial importancia.

luz natural en la cocinaUno de los primeros consejos que cualquier entendido te diría es: aprovecha la luz natural. Siempre que la distribución de la misma no te obligue a forzar el mobiliario o equipamiento de la cocina, sácale el máximo partido y, una vez optimizada, combínala con luz artificial para llegar hasta los rincones más recónditos. En el caso de tener que tirar de artificios, entonces opta siempre por el bajo consumo, siendo nuestra recomendación los focos de empotrar downlight que, aunque requieren mayor inversión inicial, a la larga se agradecen: mucho menos consumo que halógenos, más duraderos y no dan calor ¿Y qué hay de la distribución de los focos? Obviamente, siempre con uniformidad y bien repartidos.

Como arriba se ha citado, hay que saber llegar hasta los lugares más difíciles de la cocina. Pero, lo cierto es que no todos usan la cocina de igual manera. Mientras que algunas familias hacen vida prácticamente en ella, otras sólo están de paso o en momentos puntuales. Dependiendo pues del abanico de actividades que se desarrollen en tu cocina, en ocasiones incluso puede venir bien disponer iluminación puntual para ciertas tareas. Y, si uno discurre la optimización, y la cocina es lo suficientemente amplia, quizá convenga instalar varios interruptores, uno por cada zona de trabajo y para resaltar las luces puntuales, y así de paso ahorrar en energía.

Iluminación cocina downlight
Haciendo hincapié en las iluminaciones específicas, hay uno que para nosotros debe ser protagonista en una cocina por encima del resto: la bancada de manipulación de alimentos. Como si de un show de cabaret se tratase, esa zona de trabajo merece un foco para ella sola. Cuando hayas invertido las suficientes horas en ella, lo agradecerás. Una posibilidad es incrustar halógenos en los bajos de los armarios superiores o linestras incandescentes en la pared ¿Y qué tipo de luz es la mejor para tal fin? Si es que todo son quebraderos de cabeza con esto de iluminación, y nosotros que lo creíamos sencillo… Como respuesta, un LED de alto CRI es el que nos asegura una mejor calidad para ver el color de los alimentos decentemente.

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Vale, no hace falta que recalquemos que la zona de manejo y preparación de la comida es la más importante, pero en la iluminación de tu cocina también puede haber otras… ¿o no? Por ejemplo, la típica península o, en hogares más amplios, la isla central. En tales lugares, lo mejor es la focalización de la luz desde arriba, con apliques dirigibles (sin descartar que las campanas extractoras pueden disponer de lámpara propia). Y, por extensión, podríamos seguir incluso hasta las zonas más oscuras del hábitat. Al respecto, y aunque a alguno le parezca extraño, se pueden colocar halógenos dentro de los armarios, o también en los cajones o columnas extraíbles, los cuales se encienden automáticamente con la apertura de la puerta.

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Puestos a ser técnicos, bien podríamos analizar la proporcionalidad de las lámparas respecto a la zona que irradian, la distancia a la misma y su ángulo de incidencia. Pero es algo que no compete ni toca en este post. Si bien no queremos entrar en pedanterías, mención aparte merecen los materiales sobre los que las luces van a ser reflejadas. Y es que a veces los actores secundarios pasan a ser protagonistas… En cualquier caso, tu cocina ganará luminosidad con superficies blancas, lacadas, cristalinas y de acero ¡A tomar nota!

Mirando el recorrido que hemos llevado hasta ahora, hemos tratado la iluminación sobre todo desde un punto de vista práctico. Sin dejar de lado el pragmatismo, es cierto que también se puede jugar con elementos como la luz para ganar confort o la luz con funciones decorativas, matices en los que se pone de valor el color escogido para ciertos enfoques, de cálidos a fríos. Se dan casos en los que destacar ciertos objetos en vitrinas realza y ayuda a la atmósfera de la cocina. La luminosidad del ambiente es, como todo, una cuestión de equilibrios.

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Con esta última frase acerca de los equilibrios, sencilla, estética y directa, queremos despedirnos por todo lo alto. Sólo esperamos que algunas de las múltiples ideas y propuestas que han aparecido os sirvan a vosotros. Usándolas, haréis de vuestra cocina el lugar más brillante de vuestra casa ¡pero sin deslumbrar!